lunes, 23 de junio de 2008

La cátedra - Tito García


Vuestro querido profe… Pobre Pancho por el poto… Me pidió que les contara mi experiencia, un poco de mi historia…. Puta, ya estoy sudando de nuevo… Soy Javier Larraín Echeverría, 26 años, vividor por vocación, artista por condena, escritor por amparo…. 48 alumnos, todos ordenaditos como milicos… No vengo a vender, no vengo a regalar, vengo a compartir, a conversar, a enseñar… Hay que sentarse arriba de la mesa, hablarle directo a las minas, prender un cigarrito pa’ hueviar al Doc… Pero bueno, les cuento un poco. El pasado es pasado y yo no creo en tanta teoría del inconsciente.
Mi familia no existe y a mí nunca me importó mucho… Mi padre murió cuando yo tenía 13 años y desde entonces estoy solo, me gusta mi soledad… Mierda, estoy empapado… El pañuelo…. Como la mayoría de ustedes no va a especializarse en psiquiatría, voy a limitarme a contar mi experiencia más allá de las opiniones clínicas de su profesor… Entre 48 pendejos, sólo 16 mujeres, o sólo 4 porque el resto… Eso, Doc, sin desmerecer su opinión científica, sino aceptando la premisa de que soy yo el objeto de estudio…. Y aunque te duela hueón, yo soy el que más sabe de mí… Antes de empezar tengo que pedirles dos favores: el primero es que le hagan llegar un encendedor
a ese par de ojos bellos en el quinto puesto de la tercera fila… mírala a los ojos, no le quites la vista… está bien rica la tonta. Ésta es de las calienta sopa, ni respiran cuando se los metí, háblale a ella, mirándola a los ojos… Y si puedes, y quieres, te ruego te acerques para encender no sólo mis pasiones sino también este cigarrito... estas doctorcitas tienen la cruz atravesada en el chocho, aguántale la mirada hueón… Muchas gracias, puedes volver a tu asiento, pero lentito para tener tiempo de admirar tu belleza sublime… Se ríen los mamones, perdedores, fueron la puta consecuencia de sus putas circunstancias… El segundo favor es más simple y, a estas alturas, obvio: les probleruego borren la palabra “sufre” que antecede a la definición médica de mi personalidad, se habrán dado cuenta de que yo no sufro por como soy… La santita te está mirando…
Le gustaste, campeón, qué ojitos de puta nueva… Conchesumadre, tranquilízate, ¿dónde mierda dejé el pañuelo?… Espero sinceramente que tú sí estés pensado en ser psiquiatra, a ese par de ojos cualquiera le hablaría por horas… A la primera sesión te tendría en cuatro arriba del diván, santita rica… En el bolsillo de atrás, ahí está, sécate la frente huevón… De hecho a usted le contaría cosas que nunca le he dicho a nuestro querido Freud aquí presente… Crees que te las sabes todas, Panchito por el poto, ¿me sacaste la foto? no me creas nada tontito… Ustedes, los “científicos”, me definen como un maníaco depresivo, o bipolar. El trastorno bipolar resulta debido a alteraciones en las áreas del cerebro que regulan el estado de ánimo. Eso todos lo entendemos, pero qué nombre más raro… ¿No es ésa la naturaleza misma de las cosas?
Yo creo que sí, aunque suene a charlatanería “mística” de profesor de psiquiatría… Como este pobre al que ustedes le chupan el pico…. La cosa es que yo no ando deprimido por la vida y eso que tengo mis razones. No le guardo rencor a mi familia, sólo le perdí todo el respeto que alguna vez le tuve… Estai goteando huevón… Sécate de nuevo… Mi madre murió hace tres semanas. Lo único que me dio en la vida fue la herencia: quinientos mil pesos más los costos del tratamiento y la casa. Todo bien, dicen que nadie elige a su madre, yo elegí no tenerla. Desde que murió mi padre, estoy solo… Eso ya se los dije… Vieja de mierda, nos dejaste solos, que nos cuidara la nana de turno… La cosa es que todos tenemos algo de bipolar, todos estamos constituidos y constituyéndonos por dos polos. El día y la noche, el bien y el mal, lo bello y lo feo, yo y el Doc, o el Doc y yo… ¿Cómo sería, Panchito?… Incluso los más ignorantes tuvieron que inventarle un diablo a Dios; todo héroe debe tener su villano. Habiendo tantos dioses y diablas entre nosotros, ¿no les parece? Por ejemplo el Doc es un ángel, mírenlo ahí, sentadito, escuchando atentamente entre bostezos… Igual que mi vieja, hacen como que escuchan y después te cagan, se dan cuenta de que son miserables y no soportan que yo sea como soy; mierda, tengo la camisa empapada, me esta goteando el ala… Para bien o para mal, vivimos en un mundo bipolar y esa dualidad supone una dialéctica. ¿Saben lo que es una dialéctica? Si el profesor despierta quizás se los expli que. Y perdonen que me ponga latero, es que no hay maneras de explicar esto en otras palabras ¿Se han fijado que los intelectuales hablan así? En raro… Como tú, Panchito, cuando te esfuerzas por explicarme la huevá de los trastornos de ánimo… Un mundo dual, dialéctico, supone el innegable gobierno de los cambios… O mi mamá dándoselas de la madre perfecta con sus cátedras. Mejor me pongo la chaqueta, ya se están dando cuenta… El gobierno de los ciclos, la eternidad de la impermanencia… Ésa fue siempre tu ironía, vieja de mierda… Por ejemplo, en el noveno asiento de la séptima fila, allá, tú tienes sueño, ¿qué hiciste anoche?… Estudió este huevón, qué más vá hacer…
Mierda me está entrando sudor a los ojos… El hecho es que tienes sueño, tu ciclo ha sido alterado y esos bostezos son la demostración de su prevalencia, de su poder… Relájate huevón… Respira hondo pa’ dejar de sudar… El sueño te domina y sólo cuando logre lo que quiere te dejará tranquilo… Débiles de mierda, una noche sin dormir y se andan quedando dormidos… Dos semanas que no duermo huevón y aquí me tení, más lúcido y despierto de lo que nunca vai a estar… La mayoría necesita dormir en las noches, yo tengo mis propias noches y es verdad, son más largas, quizás hasta más oscuras, pero mis días son brillantes, incomparables. Cambia, todo cambia, pero eso, Doc despierte para escuchar esto, eso sólo es posible cuando lo que cambia quiere cambiar, cuando se es sujeto y objeto del propio cambio… Entendiste, ignorante, métetelo en la cabeza, yo no voy a cambiar, así soy yo… Yo cambio como… Por eso soy un peligro para la puta normalidad y los putos guardianes de la normalidad me declaran enfermo de puta envidia… Yo cambio como todo y todos. Sólo que mas rápido, avanzo a velocidades prohibidas, cual Fitipaldi por los caminos de la vida… Aaah, ésa sonó buena… ¡¡¡Puta que les gustó a los culiados!!! Ahora hay tiempo, busca el pañuelo… Ya les había dicho que soy poeta, ¿no? Todo cambia, nada se queda igual, de nada podemos estar seguros. Parece, por momentos, que la medicina de hoy hace lo que alguna vez hizo la religión, castiga la diferencia, condena a quienes somos verdaderamente libres… Nunca te voy a perdonar, vieja de mierda, al papá lo fuiste matando de a poco, lo dejaste solo, siempre te importó más el trabajo… En nombre de la cordura, o de la verdad, se pasa a llevar el derecho a ser como uno es.
Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué me declaran enfermo? El verdadero problema es que he estado demasiadas veces en los extremos, de eso se trata esta mal llamada enfermedad… Arrogantes, envidiosos. No te seques con la manga imbécil, busca el pañuelo… Pero precisamente por eso es que puedo estar seguro de quién soy. Esto que no se les olvide: quien dice que es mejor quedarse en el centro no conoce los extremos, el que no sufre, no aprende y el que no goza, no vive… ¡Mierda! ¡Dónde dejé el pañuelo de la conchasumadre! En el suelo, en el suelo… A mí me catalogan de enfermo, pero me gusta decir que soy simplemente demasiado humano para ser humano. La frase no es mía, pero debiera. Ustedes saben, entre súper hombres nos entendemos…
Estos pendejos ni siquiera saben quién es Nietzsche, manga de esclavos… La cosa es que no soy loco, ni demente, sólo soy profundamente quien soy y si eso no es cordura a mí no me interesa estar cuerdo. Así no más. Estos tres días en el “hotel” del Doc, he escrito tres libros de poesía, 324 páginas en total, ¿quién puede decir que no tengo algo que decir? ¿Y no era para eso que servía la cordura?… Respondan po’ huachos, se cagan de miedo de encontrarme la razón, cobardes, así nunca van aprender algo nuevo, me cago en su puta ciencia sorda… Cuánto personaje idiota, perdonen la palabra, es considerado normal y vive en una enorme mentira… Eso, santita rica, mírenla como abre la ventana, rica y servicial… Cuánto iluso creyéndose el cuento de que es famoso… O esos tipos que se paran el pelo para sentirse diferentes y terminan por ser todos iguales. El profe se está durmiendo, todo para comprobar lo que les digo, gracias Doc, no tenía que molestarse, le cedo la palabra en seguida, colega… Pero habla rápido maricón, que me espera mi cubanita libre y sus labios coloridos… Antes de irme, dos cosas: Primero, una pregunta de tarea para la casa. ¿Cuál es el colmo de lo cuerdo, de lo sano? Les ruego me hagan llegar las respuestas al hotel por medio de mi asistente aquí a mi lado… A esta cubanita la revoluciono hoy mismo… Lo segundo es tu teléfono, ése me lo escribes en un papel al ladito de tu nombre… ¿Alguna pregunta?

No hay comentarios: